Opinión

Son igual de criminales a quienes apretaron el gatillo. Un llanto que sirvió de herramienta para perseguir y atacar a tu adversario

Por: Toño Sánchez Jr. – @Tonsanjr

A toda esa parranda de vividores de la desgracia ajena jamás le dolió el llanto de ese niño en Tierralta, Córdoba, la noche del viernes 21 de junio de 2019. Solo les interesaba utilizar esas sentidas lágrimas para atacar a sus enemigos, adversarios o contrarios. 

Hoy los que se hacen llamar ‘líderes’ políticos o de opinión han cogido la desgracia humana, el crimen y el asesinato como ‘arma política’ para desacreditar o estigmatizar a tu enemigo. 

Para mí, toda esa legión que ha usado este vil crimen para beneficio, son igual de criminales a quienes apretaron el gatillo.

Y estos oscuros personajes, cada uno en un extremo de la política, con su turba en ristre, saben -además que son profesionales en esta macabra estrategia- que no hay emoción más poderosa que el odio, el resentimiento y el miedo. Y eso es lo que venden y suministran a diario a millones de personas en Colombia que como mansos borregos se dejan inocular esas terribles emociones sin resistirse.

Muchos de ellos no quieren que la violencia y los crímenes selectivos se acaben en este país, ya que se les acaba la ‘materia prima’ para sus ‘solidarios’ discursos y se les reduce el veneno que necesitan para inyectar odio, rencor y miedo a los colombianos.

Tierralta, Córdoba, lleva más de 40 años entregada a la guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico, bandas al margen de la ley, corrupción y a los cultivos ilícitos… en fin, a todos los fenómenos de violencia que destruiría a cualquier sociedad del mundo. Pero esa gente del Alto Sinú tiene una Gracia Divina que la mantiene en pie todavía.

Pero jamás esos ‘lideres’ y sus seguidores –menos los súper periodistas del ‘Bogocentrismo’- se han referido a la situación de violencia a la que ha estado sumida Tierralta por décadas.

Cientos de niños y niñas huérfanas de Tierrralta han llorado más duro que ese niño por el asesinato de su padre o madre delante de ellos. Y dónde estaban todos estos ‘humanistas’ y ‘sumistradores’ de odio, resentimiento y miedo.
A Tierralta se la tomó primero el Ejército Popular de Liberación, EPL, en 1967,  la toma inició en los bellos parajes de los ‘Llanos del Tigre’. Después llegó el Frente 5° de las Farc; a este le fue tan bien con el secuestro, boleteo y extorsión, que se desdoblaron y crearon el Frente 18, est dos azotaron a sangre y plomo a Tierralta. Llegó el narcotráfico y se alió primero al EPL y tiempo después a las Farc. Hasta que llegaron las Autodefensas, que a los izquierdosos le gusta llamar ‘paramilitares’, porque con esta frase desinstitucionalizan al Estado. Luego aparecieron las bandas al margen de la ley (Los Urabeños, Los Terraceros, Los Gaitanistas, Los Paisas, Los Rastrojos, Los Comba y el Clan del Golfo), y hoy llegaron las disidencias de las Farc. Todo esto sin meter la corrupción.

Dónde estaban los líderes políticos de izquierda y de derecha de este país cuando a Tierralta la entregaron, desde el mismo Estado, a todos estos fenómenos de violencia.

Dónde estaban los súper periodistas de Bogotá de prensa, radio y televisión que veían como a esta región se la devoraban todos estos grupos armados al margen de la ley y narcotráfico.

Dónde estaban los expresidentes, presidentes en ejercicio y jefes de los diferentes grupos políticos durante todas estas décadas que Tierralta fue entregada, por el mismo Estado, al crimen.

Dónde estaban cuando a corregimientos enteros, como Palmira y Crucito, en Tierralta, los empadronó la guerrilla y los convirtió en pueblos ‘farianos’. Y en donde asesinaban a los campesinos que salieran un fin de semana al pueblo y a los pocos días hubiese una acción militar por parte del Ejército Nacional.

Dónde estaban las ‘vampirezcas’ ONG’s, esas que han vivido y viven de la sangre inocente de este país y que no les interesa que se acabe el conflicto y los crímenes selectivos, porque se les acaba el chorro de millones de euros y dólares que le llegan anualmente.  Todos sus directores o gerentes están millonarios a costa de sangre y muertos. Pero hay que decirles ‘Doctor’ y ‘Defensores de Derechos Humanos’.

Tierralta siempre ha sido un polvorín. En donde los políticos locales solo miran para allá en épocas electorales.

Y los de Bogotá, los del humillante ‘Bogocentrismo’, solo miran para allá cuando hay un crimen que sirva para sus perversos fines politiqueros. En especial los asesinatos selectivos o masacres, que les sirvan de ‘mercancía’ o ‘insumo’ para expeler lo que solo inunda su corazón y alma (si es que tienen): odio, rencor y miedo. 

Hace unas pocas semanas hubo un triple asesinato en Montería y nadie salió a condenar esa ola de violencia, porque los muertos no les servían a sus inmorales propósitos. A un veterinario monteriano lo torturaron y asesinaron hace tres semanas y tampoco nadie dijo nada; hasta las autoridades pidieron ‘no elevar el perfil’ del asesinado.

Una sociedad que tiene estratificado los asesinatos y que los maneja de manera selectiva, no vale un peso. Y mucho menos los tales ‘lideres’ políticos que tienen sus partidos como jefes. 

No entiendo cómo toda una Nación, llena de hombres y mujeres buenas, llenos de esperanza, se dejan envenenar el alma y corazón por dos sujetos que solo quieren que haya enemigos y adversarios, más no amigos y amigas. Conciudadanos y compatriotas. Paisanos y coterráneos. Cómo es posible que más de 50 millones de personas se dejen manipular y alienar de odio, rencor y miedo por estos dos tenebrosos sujetos junto con sus aliados. Y los llaman legión, porque son muchos y muchas.

Así como Tierralta fue entregada a la guerrilla, narcotráfico y violencia, con la anuencia del Estado y sus líderes, también nuestra Zona Costanera fue cedida en su totalidad al narcotráfico. Son 127 kilómetros de costas frente al majestuoso Mar Caribe, que Iván Duque, y todos sus antecesores, le entregaron al narcotráfico incluida toda la población costanera y los corregimientos por donde está el corredor que trae la droga desde el interior del país y el Bajo Cauca. Y hasta de Urabá, ya que no quieren calentar el puerto por donde sale el banano… qué condescendencia!!!

Córdoba es solo noticia para lo malo y para lo que sirva para estigmatizarnos más.

Y aquí no hay gremios, ni personajes, ni instituciones, ni obispos, ni pastores, ni monjas, ni rectores de universidades, ni Sociedad Civil que se pronuncie. Estamos como esos hijos que los papas [Para nuestro caso el Estado] los dejan que hagan lo que les venga en gana y que terminan siendo temidos por todos.

En Córdoba, bandido que se respete se asienta en estas tierras, ya que goza de todas las GARANTÍAS del Estado, hoy en día de Iván Duque, porque aquí pueden delinquir a sus anchas y asesinar al que le dé la gana. Lo único que le mandan a decir al bandido es: “No te dejes coger ni te boletees ni me ‘calientes’ la zona”.

Esta ha sido la Córdoba de los últimos 40 años. La que ha sido entregada a la violencia y al narcotráfico por el MISMO ESTADO!!! 

¡¿Y vamos a seguir permitiendo esto?!

Creo que seguiremos permitiendo esto si elegimos a los mismos. A esos que no defienden a los cordobeses por estar bien con el presidente de turno, pero que a la vez les gusta Córdoba para enriquecerse. 

¿Les van a elegir nuevamente al candidato a la Gobernación que les digan?

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