Después de la pesadilla de escándalos de corrupción que han puesto al departamento como en el target nacional de señalamientos inapropiados en el manejo de la cosa pública, Córdoba endereza su camino y empieza a recuperar la confianza institucional.
El terreno se ha abonado y eso no quiere decir, que hay que seguir trabajando para no solo recuperarla sino utilizarla para fines sociales y de servicio a la gente.
Este pueblo está cansado de ver, escuchar y leer noticias que deshonran el buen ser humano con principios morales que tienen la mayoría de los cordobeses, pero también lentamente quiere confiar en sus mandatarios y esperar que esta nueva era sea de un comportamiento digno y con resultados.
La más reciente visita ministerial a Montería marcó un camino importante para el gobernador, Orlando Benítez y el alcalde de la ciudad capital del departamento, Carlos Ordosgoitia. Ambos no solo recibieron elogios de los delegados de Presidencia por las actuaciones adelantadas en prevención frente a la pandemia, sino que avalaron sus propuestas de trabajo y les dieron un espaldarazo a las líneas trazadas en sus planes de desarrollo.
Hasta hace poco, los ministros y funcionarios de entidades descentralizadas del Gobierno Nacional, miraban a nuestros administradores públicos con desconfianza. Y no era para menos, después de tantos carteles.
Esto debería ser historia patria. Gobernador, alcalde de Montería y demás mandatarios locales, tienen ustedes en sus manos la posibilidad de explotar para bien esa confianza institucional que retorna a nuestro departamento.
Recuerden que, el problema de las personas que no logran cumplir con sus metas es que se enfocan en lo urgente, y esto les absorbe demasiado tiempo impidiéndoles atender lo importante.
