Ser padres podría suponer un gran reto. La relación entre padre e hijos puede no ser siempre tan color de rosa, eso es lo que nos muestra Flag Day, una película que explora lazos familiares complicados, donde Sean Penn y sus dos hijos, Dylan y Hopper, son protagonistas además de ser hijos en la ficción.
Su largometraje como director cuenta la historia de Jennifer (Dylan), quien creció en un hogar desestructurado con una madre alcohólica (Katheryn Winnick, la actriz de Vikingos) y un padre bastante ausente (Sean) que hace del chanchullo su mejor trabajo.
Jennifer, quien siempre ha idealizado a su padre, intenta vivir con él y ayudarlo a mejorar su conducta estrafalaria sin terminar jamás de conseguirlo.
Dylan relata a medios en una entrevista por el festival de Cannes “creo que definitivamente tuvimos algunos altibajos, pero también, ya sabes , entré en este proyecto mirándolo como este es un trabajo, quería ser profesional. Este es mi jefe técnicamente, pero al fin y al cabo también es mi padre, y tenemos una relación compleja. Ambos somos alfa y creo que a veces podemos chocar. Pero creo que funcionó al final”.
Filmada con cámara Arri con la ayuda de películas de 16mm y viejos objetivos, la sexta película de Sean Penn lleva a la pantalla la autenticidad y la complejidad de una relación entre padre e hija.
